Vivo unos días de sentimientos encontrados con la dichosa Ley antitabaco.
Por un lado, viendo como el gobierno vuelve a deshacer lo hecho. Viendo como la improvisación es la tónica habitual en una acción de gobierno que no prevé las consecuencias que tienen sus acciones. Porque esta Ley echará al traste la inversión de millones de hosteleros que intentando cumplir la legislación del 2005, modificaron los locales, adaptaron sus condiciones de trabajo y acostumbraron a la clientela a convivir con espacios con y sin humo. Pues bien, ¿quién compensa todos estos gastos que no sirven de nada ahora? ¿5 años son suficientes para amortizar las fuertes inversiones de la hostelería? ¿No se pudo prever ya en el 2005?
Y por otro lado, estoy a favor de la Ley. Si, estoy a favor de la Ley! Un fumador como yo, a favor de la Ley antitabaco.
No era lógico, ni normal, que entraras en una cafetería y te costara hasta respirar. Y siempre pongo el mismo ejemplo: antes, veíamos a un niño e intentábamos no echarle el humo, incluso no fumar si el menor estaba cercano a nosotros. Básicamente respetando eso de 'ellos no se pueden defender'. Ahora se había convertido en algo normal. Hasta madres fumadoras entraban a sus hijos con el carrito a la cafetería mientras tomaban su café y su cigarrito!
Lo mejor de esta Ley es que el menor (indefenso) ya no tendrá que aguantar, porque sí, el humo!!!
Lo peor de esta Ley es la mala gestión en su aplicación y los perjuicios que tendrá para los hosteleros!!!
Ahora bien, si tan importante para el gobierno es el consumo pasivo de humos, ahora tiene que continuar dando ejemplo y empezar por las fábricas, coches, polución, etc.
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