No he podido evitar relacionar el caso tan sonado de quién fue uno de los máximos mandatarios del PP, Secretario General del partido y Vicepresidente del Gobierno, Francisco Álvarez-Cascos; con otro caso mucho más cercano pero no por ello menos sonado: el de Vicente Martínez Lucas.
Tanto el uno como el otro, lo fueron todo dentro de sus aspiraciones. Tanto el uno como el otro, tuvieron mucho poder decisorio en el PP dentro de sus ámbitos competenciales. Y tanto el uno como el otro acabaron abandonando el partido con una pataleta. De hecho Martínez-Lucas amenazó con un partido independiente, lo fundó, se presentó a las elecciones y obtuvo el mismo número de concejales que el PP. Eso sí, pacto con el PSOE y le dio la alcaldía.
He aquí la pregunta, ¿uno que lo ha sido todo, que conoce perfectamente el partido, no debe acatar siempre sus decisiones? ¿No sabe que por encima esta la dirección nacional y en el caso del de Nules la provincial?
Por suerte, el tiempo pone a cada uno en su lugar. A Martínez-Lucas le quedan 4 telediarios, políticamente hablando claro. Aunque ha hecho todo el daño posible al PP de Nules, ha conseguido dividir al partido, e incluso pactar con el PSOE para darle la alcaldía. Algo, esto último, que los ciudadanos no le han perdonado y volvieron a confiar en el PP.
Hoy por hoy a Martínez-Lucas sólo le queda el recuerdo de lo que un día fue. Y la resignación de verse sentado en el lado opuesto de donde él un día estuvo presidiendo.
Esperemos que lo de Álvarez-Cascos no continúe como lo del de Nules. Aunque si lo hace ya sabemos como acabará.
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